Y más le vale al mundo que todo esté mereciendo la pena. No, las penas nunca se merecen, pero ahí están. Les gusta poner la zancadilla, pero yo se saltar a la comba.
Caigo -auchhhh!- el cemento raspa la piel, pero no rompe nada, no mientras no vengas de muy alto. Y no, no me gusta estar en las nubes, porque me da vértigo.
Temperamental; temperamental y hormonalmente inestable. Dudosamente asequible. Camaleónica. Grisácea, como el día.
Tarareando alguna estrofa, de alguna canción, escrita por alguien en algún momento de su vida. Aburrida. ¿Feliz?
Hoy es de esos días en los que – pese a no hacerlo- me pondría a fumar mientras escucho algun verso sabinesco recitado por esa voz quebrada, vieja y bastante maltratada de aquel que se hace llamar Joaquín...
Y dejaría que la densa neblina formada a mi alrededor- con aroma a nicotina y asperezas- me envolviese y me atrapase, impidiéndome ver más allá de dicha nebulosa.
Pero no lo hago, porque es tarde y la realidad me espera. Así que, dejémoslo ir. Au revoir.
Como diría Rafa Pons...
...por favor, esto no se lo conteis a nadie, que esta noche yo es que estoy un poco idiota.
Kass