Cántame una canción hombre del
piano. Cántame algo que me ayude a cerrar los ojos y vivir en paz. Tengo tanta
suerte y tan poca al mismo tiempo…
Toca, hombre del piano, desliza
tus dedos por las teclas mientras bebemos juntos este ron.
Compongamos un
montón de letras vivas llenas de deseos muertos.
Quemémonos por dentro mientras
se nos mojan los ojos.
Cántame una canción mientras
tarareo mi vida a trocitos, mientras pienso en sus caricias y sus consuelos. Cántame
una a la salud de esas lágrimas que nadie contó.
Ven, hombre del piano, ven y
díctame la partitura de una canción lenta, enséñame a no perderme en los silencios
y a vivir bien afinada. Quiero aprender a no sufrir entre bemoles y a no gritar
por las esquinas.
Dime, ¿alguna vez te sentiste una
nota a la deriva? Una melodía sin matices tocada a veces por inercia, así me
siento yo. Tú me entiendes. No dejes de tocar.
Querido, quiero cantar contigo
hoy las pesadillas que nunca me atrevo a contar. Quiero aporrear el piano y gritarte entre nota y nota que hay cosas que no merezco.
...Será que al
emborracharme de recuerdos me hago débil y no dejo de vomitar verdaderas decepciones...
Quiero salir ya de esta resaca desafinada,
quiero hablar aunque no pueda.
Hombre del piano, por favor,
créame una banda sonora que pueda escuchar durante toda mi vida sin cansarme,
sin romperme. Dile, tú que sabes, que él es lo mejor que me ha pasado en la
vida y que sin saberlo es quien me sujeta cuando quiero huir por la ventana.
Cántale
mis recuerdos, pero bajito, que no se asuste.
No le digas que soy yo.
¿Sabes? Nunca pensé que me fuese
tan fácil querer y, aun así, no se me ha quitado el miedo. Es de noche y está
oscuro, cántame una nana, quiero dormirme pensando en él.
Kass
No hay comentarios:
Publicar un comentario